BUJARA, una ciudad sagrada del sufismo

Aún cuando los orígenes del Sufismo se remontan a la época del Profeta Muhammad o incluso antes, todavía se practica ampliamente en varias partes del mundo donde prevalece el Islam. Uzbekistán es uno de esos países.

Antes de meternos en tema, te contamos a modo introductorio, cómo es que llegamos a lugares relacionados al sufismo.  En Delhi, la capital de India,  habíamos oído hablar del santuario del santo sufí Nizamuddin Auliya, nuestro primordial interés allí era presenciar música qawwali en vivo, que ejecutan todas las noches. (Abajo te dejamos un video de qawwali). A partir de ese encuentro comenzamos a investigar un poco más sobre qué es el sufismo, por cierto interesante y enigmático.  

Orando frente al mausoleo del Santo Naqshband

Una vez más el sufismo se hizo presente en nuestro viaje a Uzbekistán, ya que en realidad podemos encontrar lugares sagrados del sufismo en toda Asia Central.

Fue en Bujara, llamada también Bujoro-i-Sharif o Buxoro (Sagrada y Noble Bujara), en una de las ciudades más bellas de Uzbekistán, donde fuimos a un segundo santuario sufí.

Esta bellísima ciudad que tanto nos impactó, quedaba en el camino de las antiguas caravanas de la Ruta de la Seda, siendo uno de los centros principales del Islam. En la Edad Media contaba con más de 350 mezquitas y 80 madrasas.  Dicen que Bujara representa “la belleza del espíritu” y en ella  se encuentran siete lugares sagrados para el sufismo.

Nosotras conocimos el de la orden Naqshbandi, a las afueras de la ciudad, siendo testigos de peregrinos que iban a reflexionar, a expresar su fe y rogar, en una forma diferente a como lo habíamos visto en India.  


Te acercamos un resumen sobre de qué trata el sufismo para que te hagas una buena idea.

El sufismo no es una religión sino que proviene y forma parte del Islam, representando su rama espiritual y mística. Hay quienes dicen que sus orígenes se remontan al siglo II, pero es en los S. XII y XIII donde se afianza en su forma actual.

Un sufí trata de establecer una conexión espiritual y única entre Dios y el alma propia para perseguir la consecución del conocimiento divino. Para lograr ese acercamiento, de acuerdo a cada corriente,  podrá acompañarse de movimientos corporales (como los derviches giróvagos de Turquía),  o ejercicios de respiración y meditación,  o música, no como algo que induce al éxtasis sino como forma de concentración y liberación de las distracciones mundanas.

Según los seguidores del sufismo, es una forma de vida en la que cada persona descubre su identidad más profunda, la cual es muy superior a la personalidad superficial que poseemos utilizando la conciencia, la creatividad, la acción y el amor que cada persona posee, para mejorar su vida y su ser, es como un camino de purificación.

Cabe aquí realizar una pequeña digresión. Los sufíes enseñan que el sufismo puede ser practicado en cualquier religión.  Este precepto  es el "corazón" de la religión. Ninguna fe o creencia es cuestionada, cada uno puede seguir a su propia iglesia, religión, o credo. Sobre estas bases de igualdad  el sufismo en India rápidamente ganó adeptos, porque rompía con un cerrado y estratificado sistema de castas. La orden Chishti, de la cual el santo Nizamuddin Auliya era parte, es una de las principales, destacando por su misticismo espiritual y un gran desapego de las cosas mundanas en la que se desarrollaban enseñanzas basadas en el amor, la espiritualidad y la armonía.

Por lo demás los practicantes de esta orden amaban la música y la poesía, y por ello el tipo de ceremonias que llevan a cabo dio lugar a un género musical específico, el Qawali, una combinación de instrumentos indostánicos tradicionales con poemas místicos en urdu, hindi y persa. Es al poeta Amir Khusrau (fallecido en 1325) a quien se le atribuye el desarrollo de este género.

En este sentido es que el santuario de Nizamuddin que vimos en Delhi, tiene sus diferencias con el sufismo practicado por la orden Naqshbandi.


Su nombre proviene de su maestro Sheij Bahauddín Al-Naqshband, nacido en 1318 en un pueblo cerca de Bujara.  Como maestro espiritual, era un partidario de la austeridad. Dijo que los sufíes tenían que ganarse la vida exclusivamente por trabajo. Él mismo tenía varias profesiones: tejedor, alfarero y tallador en madera. La particularidad principal de esta orden reside en la práctica del Zikr (acto de devoción) silencioso y de ejercicios de respiración utilizados para despertar los centros energéticos del cuerpo, por tanto la música no está presente.


“Nuestro camino es la conversación, las buenas acciones se encuentran en la comunicación mutua, no en el aislamiento.”

Los registros históricos de la época medieval indican que Naqshbandi fue venerado como un santo y un protector de artesanos y artistas, y que la peregrinación a su tumba se consideró una sustitución adecuada del peregrinaje a La Meca. Los sucesivos reyes de Bujará expandieron la escuela y las mezquitas que rodean la tumba de Naqshbandi y, a lo largo de los siglos, el complejo se convirtió en el mayor centro de aprendizaje islámico de Asia Central.

Naqshband regresó de su peregrinaje a la Meca con un bastón que clavaría en los jardines, del que brotaría una frondosa morera que a día de hoy resulta ser para muchos musulmanes sufíes la fuente de sus deseos. El ritual es rodear tres veces el viejo tronce fosilizado mientras piden su deseo al santo, en completo silencio.  


El árbol de los deseos para los fieles, el cual lo rodean en tres vueltas

.Durante el período soviético, la mezquita se convirtió en un "museo del ateísmo" y se prohibió a los peregrinos su visita. En 1989 se reabrió el santuario y todo el complejo, con dos mezquitas y un khanaka del siglo XVI (una sala abovedada donde vivían y estudiaban los sufíes), que han sido cuidadosamente restaurados. Hermosos jardines sombreados rodean el santuario y todo el sitio irradia un sentimiento palpable de devoción religiosa y relajación pacífica, peregrinos de partes distantes de Asia Central acuden a la tumba del santo durante todo el año.


Creyendo que la piedad se expresa mejor con la actividad social que con la retirada del mundo, los maestros de Naqshbandi a menudo se involucraron activamente en la política. Para el siglo XV, se habían convertido en la orden Sufi dominante en gran parte de Asia Central e influyeron activamente en la política desde China hasta la India y Oriente Medio. Hoy en día está experimentando un período de crecimiento sin precedentes, no solo en sus centros tradicionales de Asia Central, Turquía, Oriente Medio y Asia Meridional, sino en las naciones del mundo occidental, particularmente en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ha sido una experiencia muy  interesante y realmente nos encantó conocer más del sufismo. Por sobre todas las cosas Bujara es maravillosa.

 Disfruta de este video, en una sesión compartida entre los músicos del Nizamuddin Auliya, con la actuación especial de un grupo de qawwali canadiense llamados Fannah Fi Allah. 



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